Para aquellos que decidieron caminar sin rumbo fijo y aterrizaron en un lugar como éste. Aquí tenéis vuestro sitio.

sábado, 18 de junio de 2011

SOL y PRESA

Para refrescarnos un poco, alejándonos del calor del asfalto, ayer decidimos buscar un lugar con algún remanso de agua. El embalse de Picadas reunía las condiciones idóneas para disfrutar de otra mañana de campo, aunque sin chapuzón. 

Multitud de aves rondaban por la zona nada más llegar. Una oropéndola nos dio la bienvenida con su melodioso trino desde lo alto de un chopo. Abubilla, carbonero común, verdecillo, rabilargo, buitre leonado, perdiz roja, lavandera blanca, azulón, urraca, pinzón vulgar, curruca carrasqueña, gorrión común, golondrina común, serían otras por incluir en la lista de la jornada.

Cerca del agua vimos atravesados en espadañas estos peculiares nidos. No tenían mucha pinta de estar ocupados en ese momento.




Asomarse para poder contemplar una buena panorámica del sitio es algo obligado.





Este paseo se nos hace un tanto largo, más que nada por el calor. Con poca sombra y discurriendo de forma paralela al río, el agua es constantemente atravesada por piragüistas. No pudimos terminar la senda, tal vez volvamos en otra época cuando el tiempo se preste un poco más.

Eso sí, aprovechamos para hacer fotos, como siempre. Incluso los fotógrafos también son fotografiados...


In fraganti


Aparecen de nuevo mariposas. Esta preciosa macaón con un gran despliegue nos muestra sus alas. Estuvo un buen rato cerca de nosotros.








Y con el sol que hacía, algunos aprovechan para calentarse...




Las plantas siguen ocupando su lugar. Además de prestarnos sus colores el campo se llena de muchos sugerentes aromas.








Antes de regresar damos un último vistazo, ojalá pudiéramos llevarnos a casa pulmones como éste para tenerlos más cerca de la ciudad. Pero, aunque solo sea por un instante, eso queda ahí grabado y bien guardado.






VOLVEREMOS




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