martes, 8 de marzo de 2011

¡Mujeres y madres del mundo!

Porque todas nos lo hemos currado.
Porque todos los días son buenos.
En especial para nuestras madres.

 MI MADRE

Te digo al llegar, madre,
que tú eres como el mar;
que aunque las olas de tus años
se cambien y te muden,
siempre es igual tu sitio
al paso de mi alma.                                     

No es preciso medida
ni cálculo para el conocimiento
de ese cielo de tu alma;
el color, hora eterna,
la luz de tu poniente,
te señalan ¡oh madre! entre las olas,
conocida y eterna en su mudanza.

       Juan Ramón Jiménez







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