En muchos países alpinos el acebo (Ilex aquifolium) es llamado el "árbol de los sátiros" porque se cree que aleja a estas criaturas, demonios y espíritus de la noche. En otros sitios, sin embargo, se usaba para tareas más domésticas, como limpiar las chimeneas. Quizás de esta asociación con las chimeneas, y la creencia de que Santa Claus entraba en las casas por ellas, terminó adoptándose el acebo como una planta navideña.
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