Acabamos de volver del cine (chicos, en serio, la cultura no solo es segura, sino que en este caso además es fresquita) de ver "Cruella", el spin-off dedicado a la mala malísima que tantos escalofríos nos dio a los que de pequeños vimos "101 dálmatas", con su porte anoréxico, su cigarrillo con boquilla y su carácter vanidoso y... bueno, cruel.
La peli no solo nos revelará por qué esa despiadada señora le tenía tanta manía a los dálmatas, sino que nos desvelará el pasado de Stella (a ver, que ninguna madre llama a su hija Cruella ¿qué os creíais?) y cómo los acontecimientos van moldeando el carácter del personaje. Y es que, como dice el subtítulo de la película, nadie es completamente malo, aunque cuando termina la peli uno se pregunta en qué punto la historia dejó de ir sobre una pobre niñita para acabar tratando sobre una psicópata vengativa (con motivos para vengarse, vale, pero psicopatilla al fin y al cabo).
La valoración que le damos es buena. No es un peliculón de cinco estrellas, pero está bien hecha, los personajes están muy bien caracterizados, la mala (la otra mala) se hace odiar y la banda sonora está genial. Quizás a alguien las casi dos horas y media que dura se le hagan un poco largas, pero el regusto que deja es bastante bueno. Y los que recuerden la película de dibujos original disfrutarán pillando las referencias que salpican aquí y allá la peli, algunas evidentes, y otras no.
En definitiva, nos gusta el pasado que le han dado a Cruella De Vil, y para nosotros, lo damos por oficial. Y es que en el fondo todos sabemos que los malos son los que molan.