El concierto de OBK que hubo ayer por la noche lo teníamos apuntado en la agenda desde hacía algunas semanas, y teníamos ganas, es cierto. Pero así NO se hacen las cosas. Después de esperar en la cola, descubrimos que allí todo el mundo se sentaba pegado a todo el mundo, sin respetar distancias, y con gente quitándose la mascarilla para fumar o para comer y beber. Los organizadores se paseaban por allí y ponían cara de que todo iba bien, pero no señores: allí no había nada bien.
Seguimos en pandemia. Esto es una realidad. Y me da igual que los organizadores permitieran sentarse junta a la gente: la responsabilidad personal dicta que hay que guardar distancias, porque el virus no se guía por nuestros caprichos o nuestras apetencias. Así que tomamos la única decisión sensata: nos largamos con viento fresco y escuchamos parte del concierto desde la otra punta del parque, donde no había entre quinientas y seiscientas personas (estimadas a ojo por la capacidad de las gradas) apelotonadas.
Es vergonzoso. En primer lugar, así no se organizan las cosas. No somos unos hipocondriacos del virus. Hemos ido a cines, restaurantes y teatros, y en todas partes hay asientos o mesas que te indican que no debes ocupar para mantener las distancias. Haciendo bien las cosas, la cultura es segura. Pero eso no fue hacer bien las cosas. Y si en vez de caber quinientas personas caben doscientas y te toca quedarte fuera, pues te comportas como un adulto maduro, asumes que no has podido entrar y oyes el concierto desde fuera, que de todas formas es gratis.
Y en segundo lugar, lo que ya hemos comentado. El sentido común y la razón deben ser lo primero. Aunque los señores del concierto te permitan sentarte pegado a otro montón de gente, aunque no te llamen la atención por bajarte la mascarilla cuando estás rodeado por un montón de desconocidos, eso no quiere decir que sea aconsejable ni razonable hacerlo. Aunque no se puedan cuantificar, hay muchas, demasiadas personas que durante esta pandemia han muerto y seguirán muriendo por causa de nuestra estupidez. Y si del concierto de anoche salen contagiados directos o indirectos o -Dios no lo quiera- muertos, hay muchas personas que serán responsables morales de ello.
Así no se hace. Lo siento. Nos gusta la música, nos gusta la cultura, pero sobre todo nos gusta seguir vivos y sanos para poder disfrutar de todo ello, y no nos gusta que otros paguen el error simplemente porque hayamos querido entrar gratis a un sitio donde habremos estado apelotonados sin seguridad en tiempos de pandemia.