Hoy es uno de esos días que deberían celebrarse trescientos sesenta y cinco veces cada año (trescientas sesenta y seis los bisiestos) y aunque no somos muy de comentar los "días de..." vamos a aprovechar las circunstancias para invitaros a hacer una reflexión. Y para ello os vamos a hablar también de la visita mañanera que hemos hecho a nuestra librería favorita: Cydonia.
Hay mucha gente que compra libros en internet o en grandes superficies. No vamos a despotricar contra ello, porque al fin y al cabo la lectura es cultura, pero sí os diremos que cuando lo hacéis, os perdéis algo muy, muy especial.
En primer lugar, cuando uno compra por internet, va a tiro hecho. Está interesado en tal libro, lo busca, entra en una página que lo tiene y se lo pide. Ya está. Pero ¿qué hay de ese perder la vista entre estanterías y títulos? ¿Dónde está esa maravillosa, casi diríamos mágica sensación de encontrarse de repente con un título desconocido que atrapa nuestra atención, como un amor a primera vista? ¡Cuántos descubrimientos hemos hecho así! Algunos de los libros que hemos cogido esta mañana han sido fruto de estas corazonadas, de estas intuiciones que te golpean y te hacen desear ver qué historia se esconde entre sus páginas.
En segundo lugar, está la cercanía. Mientras comprábamos esta mañana en Cydonia, ha llegado un cliente al que el librero le ha estado recomendando títulos a (valga la redundancia) título personal, conociendo los gustos del cliente ¡y los de su mujer! ¡Y se acordaba de otros libros que ya se había leído! Cuando te encuentras con algo así, ir a buscar un libro se convierte en mucho más: se convierte en la oportunidad de tener una conversación interesante, de que tu librero o librera te recomiende algo que no conocías, de comentar una obra que te ha gustado (o no te ha gustado)... Todo lo cual enriquece aún más la experiencia de la lectura (y de la vida, de paso).
Si no teníais noticia de esta librería, os animamos a pasaros: hay literalmente de todo, y si no lo veis, preguntad, que hay aún más en la "trastienda". Podéis llevaros muy buen material por un euro el ejemplar. Si os pilla lejos, tampoco es excusa, que cuenta con tienda on-line (pero es mejor ir en persona).
¿A qué esperas? Acércate a tu librería más cercana, la de toda la vida, la del barrio. Ve abierto a lo que te puedas encontrar, déjate aconsejar, pasea tu mirada por los estantes y escucha a los libros. Siempre, seguro, en cualquier parte y en cualquier momento, hay un libro que te puede cambiar la vida.
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