Para aquellos que decidieron caminar sin rumbo fijo y aterrizaron en un lugar como éste. Aquí tenéis vuestro sitio.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Que quede entre tú y yo...

Recuerdos de siempre asaltan esas tardes libres que de vez en cuando surgen para poder descansar. Son muchas cosas vividas con poco tiempo a las espaldas, muy intensas e impregnadas de sentimientos enfrentados. Intentas poner en orden todo aquello que vas dejando atrás... un día más es un día menos... y aun con ganas de salir corriendo, continúas en tu posición, inamovible como un junco que se dobla con el viento y luego retoma su postura. Quisiera volver a aquellos años de risas, de juventud pertrechada a base de charlas y ratos compartidos en un parque cualquiera, quisiera hacer de mí un alma salvaje como la de entonces... y sabiendo que esa llama perdura todavía en mí, saco hoy fuerzas para poner el mundo a mis pies y decirle que sigo siendo aquel corazón que vibraba con los atardeceres auténticos... y yo misma me encuentro aquí, como era y como soy. Antes o después cae el telón... mientras tanto ¡el espectáculo debe continuar! y en tu honor que es el mío, te miro desde mis ojos y todo se llena de luz. Gracias por hacer del camino un reto constante. 
 
 











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