Para aquellos que decidieron caminar sin rumbo fijo y aterrizaron en un lugar como éste. Aquí tenéis vuestro sitio.

domingo, 27 de febrero de 2011

GREÑAS vs ZANAHORIAS

Muchos tubérculos por el mundo, algunos todavía por arrancar, siendo de los que se agarran bien, cuesta trabajo poderlos extraer.

Caminando por un erial, terrenos baldíos donde si te arriesgas a sembrar sabes que es seguro que no cosecharás nada, allí estaba nuestra Zanahoria. Vivía feliz y contenta. Sumergida en su guarida terrenal, al abrigo del calorcito de veinte centímetros bajo tierra, se sentía pero que muy dichosa.

La compañía de multitud de seres microscópicos alentaba sus eternas horas de estar postrada esperando para poder salir. Estos amiguitos le ayudaban a sonreir, posaban sus innumerables patitas sobre su piel y le hacían muchas cosquillas.

Vivía sin preocupaciones, su único trabajo era chupar del agua de lluvia que caía en su rodal haciendo que se encharcara. No llovía frecuentemente, nuestra Zanahoria recibía ese agua como maná del cielo.

Poco a poco fue creciendo, subiendo y subiendo cada vez más y más en su añoranza por llegar a tocar la cima al ras. Salir a la superficie no le gustaba tanto, allí en su micromundo subterráneo la civilización la acogía con gran fama y posición privilegiada.

Triste momento por llegar... el erial recóndito dejaba de serlo... por vez primera fue pisoteado. Aquella ruda mano arrancó con fuerza un gran trozo de tierra... ¿Cuarzo? ¡¡¡UNA ZANAHORIA!!!

Pobre... directa a la ensalada de un Greñas.








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