No, no se trata de una expresión que soltemos en un momento de enfado porque no nos sale un problema... Es el título de un curioso libro de Carlo Frabetti que lleva por subtítulo "Alicia en el País de los Números". Con un nombre así ¿cómo resistirse?
El libro es una obrilla ligera y muy amena destinada, sobre todo, a todos esos jóvenes que, como Alicia (no la del País de las Maravillas, aunque ¿quién sabe cuánto es coincidencia?) piensan que las "mates" son un rollo y no sirven para nada. Y es que Alicia se encuentra un buen día con un señor que dice llamarse Lewis Carroll (este sí es el de verdad), que se horroriza al escuchar la opinión de Alicia. Y es que Charles Dogdson, el verdadero nombre de Carroll, era un apasionado de las matemáticas, y le encantaba poner ingeniosos acertijos que se podían resolver con números (¡y sin álgebra, como diría el grifo, uno de sus personajes!). Para solucionar tan lastimosa situación, "Charlie" se lleva a Alicia a otro país, donde irá descubriendo (y entendiendo) los fundamentos básicos de las matemáticas, a la vez que se da cuenta de que ¡de malditas y aburridas, nada de nada!
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