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jueves, 6 de agosto de 2020

¡Pero es que no me da miedo!

Hace poco estuvimos en el cine viendo una de las últimas películas "de miedo" que se exponen en cartelera. Más o menos sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, así que el resultado no nos decepcionó; nuestra idea era pasar una tarde entretenida (y fresquita) en el cine, a donde hacía tiempo que no íbamos. Pero, en definitiva, el resultado fue ese: la película no daba mucho miedo, que digamos.

¿Cuál es el fallo? Los decorados estaban bien, los actores trabajaban correctamente... pero el guión era básicamente previsible. Y no por esa película en concreto, porque es algo que es un denominador común en todas las pelis modernas del género. El consenso básico es que basta unos escenarios lóbregos y unos cuantos sustos y gritos estridentes (cuando no escenas sangrientas) para suponer que el espectador quedará estremecido. Hummm... Lo más posible es que haga falta algo más que todo eso. En el caso que nos atañe, uno casi podía cronometrar el momento exacto en que vendría el siguiente golpe de sonido estridente o el siguiente susto cardíaco.

A nuestro juicio, para que una historia cree "mal rollo" hace falta algo más. Hay que tocar la fibra, sobre todo en el plano psicológico. Por ejemplo, la película de "La Comunidad", de Álex de La Iglesia, se sitúa en un simple edificio, sin zombis, fantasmas ni nada por el estilo. Pero el ambiente termina por hacerse claustrofóbico, con todos esos vecinos neuróticos que están dispuestos a todo para hacerse con el dinero. En la aún más antigua película "La invasión de los ladrones de cuerpos" se nos mete de lleno en un escenario en el que cualquiera de las personas que nos rodea puede no ser lo que parece... El resultado es una sensación de paranoia angustiosa.

No importa si metemos en el guión hombres lobo, vampiros o monstruos varios. No importa si se trata de una película completamente mundana como "La Comunidad" o hay una invasión extraterrestre por medio. Podemos poner todo el cuidado en la fotografía y la banda sonora, pero si no jugamos un poco con la psique del espectador, se quedará únicamente en una película "de sustos". Que tampoco están mal, todo hay que decirlo...




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