Hemos querido ir despidiendo el año en plan cultureta, así que nos hemos acercado prontito al Museo del Prado, en Madrid. Una pinacoteca absolutamente genial, que solo tiene un inconveniente: ¡es tan gigantesca que es imposible abarcarla en un día! Y, si nos ponemos en el ánimo de "aprovecharla" bien, en un año no la agotas. En un sitio así, lo mejor es tomarse las cosas con calma y degustar en dosis pequeñas, para evitar el peligro de empacharse. Centrarse en una época, un estilo, un autor o simplemente picotear -como si de un buffet libre se tratase- de aquellos cuadros que nos llamen más la atención. Ir con los deberes hechos para disfrutar los cuadros más a fondo también ayuda, y para ello podéis acudir a sitios como el canal de Antonio García Villarán, profe de Bellas Artes.
Otro pequeño "pero" es que no dejan sacar fotos, ni siquiera sin flash, así que no podemos enseñaros nada del interior. Esperamos que sirva para que os pique el gusanillo y vayáis en persona, que siempre es mejor. Ahora mismo, complementando a la colección principal, hay tres exposiciones temporales: una sobre Murillo, otra sobre los discípulos de Leonardo y una tercera sobre arte iberoamericano. Todas merecen la pena.
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