Se han hecho muchas versiones de Pinocho, desde la clásica animada de Disney (innecesariamente "rehecha" en imagen real) hasta la más reciente de Guillermo del Toro, pasando por adaptaciones más libres como la "Inteligencia Artificial" de Spielberg. Pero ninguna, absolutamente ninguna de ellas, llega a la altura de la fábula dirigida por Roberto Benigni.
Nos encanta Benigni. Es una de esas personas que no están en el candelero como otros actores y directores más famosetes, pero cuando aparece hace un trabajo maravilloso, profesional e intachable. Su "Pinocho" no es solo el más fiel al libro original de Carlo Collodi (sí, hay un libro, no solo cuentos con dibujitos) sino que cuando uno la ve, se da cuenta del enorme cariño y respeto que se ha puesto en cada minuto de metraje. Y es que este "Pinocho" no es una película comercial al uso, sino una obra de artesanía.
Y por supuesto, es altamente recomendable para toda la familia. Los niños aprenderán cómo se puede pasar de ser un chaval desobediente y atolondrado que prefiere ir al circo en vez de estudiar, a ser un niño aplicado y amante de su pobre padre. La puesta en escena, la fotografía, los efectos especiales perfectamente integrados en la historia (que sirven al relato y no al revés) harán las delicias de todos, los niños grandes y los pequeños.
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