Frío, frío, pero que mucho frío el de estos días...
Nieve cayendo por muchos rincones del mapa, buen momento para despertar a los ávidos niños que fuimos y somos y entregarnos a las batallas de bolas sin tregua.
Aprovechando los ratos libres decidimos montar nuestra propia excursión a la nieve en un día entre semana, mañanita de sol y delicia de paisaje el de Cercedilla. Solitario lugar, con esa quietud cómplice de nuestros pasos, estampando por vez primera nuestras huellas en ese manto blanco aún virgen.
La ducha de los alemanes invitaba a cogerse una neumonía cuando menos, pero ante toda esa blancura deslumbrante era obligado detenerse e intentar acercarse para tocar los chupitos de hielo.
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| Tras pasar la carretera de la República una bonita estampa |
Y buen día de sol también para llevar la cámara y robar una instantánea a algún que otro famoso muñeco de nieve.
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| Fotógrafo improvisado :0) |
Destellos de luz entre juegos de sombras fundiéndose en blanco...
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| Huellas, luces, sombras y brillos a nuestros pies |
Y para terminar...
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| Los dos exploradores |
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