Este título es el de un poema que compuse de cabeza mientras iba en el metro. El mítico soneto de Espronceda quedó como este "Soneto desvirtuado" y es que... ¡lo que dan de sí los viajes en el metro! Quince minutos de inspiración (¿acaso de transpiración... ajena? jeje) quedaron en esto, a ver si os gusta ;-)
UN SONETO DESVIRTUADO
Virtuosamente he desvirtuado
un poema, un pareado
sombreado y colorido
este soneto he parido
Sin más dedicatoria
que el arte de la oratoria
ensayar de vez en cuando
la coherencia de lo incorregible
siendo difícil la prosa
de ahí nacen los versos
no siendo vuestro desprecio
la peor de las cosechas
la sonrisa lo predecible
lo demás una gran sorpresa...
Con diez arroces a banda
no hay gambón que no pueda
ir directo a la cazuela
y celebrar un gran festín
Aquel misceláneo destino
de un buen conejo al ajillo
su suerte hubo de ser
aparecer un día plomizo, gris
con el rabo entre las patas
aquellas pobres crías cegatas
presas fáciles del cazador
de este fue su gran error
cocinar su propio plato
que con afán se empeñaba
en cazar a discreción
sin discriminar bicho viviente
"da igual si su simiente
extermino o no"
sin preguntas ni dilaciones
quería llenar sus balcones
del estruendo de los balazos
de las pieles y los retazos
de lo que antes fue un ser vivo
"antes soy yo que él"
"si con esto sobrevivo
no hay mal por comer
que cosa mala el hambre es"
Ahí comenzó todo...
la afición fue germinando
y claro, sus frutos fue dando
pero no sabía el cazador
que no hay mal peor
que ser presa en tu propia red
y aquel sabroso conejo al ajillo
tornose fuerte pesadilla
en forma de indigestión
corriendo hacia el hospital
no podía parar
y se deshacía en dolor
retortijón tras retortijón
se estremecía,
"mira que desaborido", decía
"ese conejo se merecía la diarrea que tengo yo"
"anda y que sus huesos vayan lo más lejos"
Como ya no puede ver conejos
ni en pintura y menos en el plato
sin sufrir retortijón
allá felices en el campo
vuelven sus crían cegatas
a tostarse y salir al sol
Este nuestro buen cazador
cocina ahora sus arroces a banda
cogiendo de la huerta del vecino
un poco de cominos, judías y esos gambones
que en diez raciones y con una buena salsa
lo sostenible es no guardar la línea
aunque lo lógico sería
hacer buenos saques de templanza
ante la comida.
Moraleja: No es necesario cazar si te puedes preparar la comida con otra cosa. Deja vivir a la rosa que es aún más hermosa cuando no la cortas.
Almudena.
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