Para aquellos que decidieron caminar sin rumbo fijo y aterrizaron en un lugar como éste. Aquí tenéis vuestro sitio.

lunes, 13 de junio de 2011

Un erizo en la mochila. El Espinar - III

Después de la parada, continuamos el recorrido con energías renovadas. Seguimos caminando, haciendo fotos de vez en cuando. Esta es una pequeña muestra de algunas de esas fotografías, pulsad sobre ellas para verlas en grande.


Nuestro guía nos condujo hasta una laguna cercana. Aquí lo veis oteando el horizonte desde un sitio privilegiado.


En la charca



Nos detuvimos durante un buen rato, sus numerosos habitantes atraían nuestra curiosidad. Vimos diferentes etapas en la metamorfosis de algunos anfibios. Con unas cuantas ranas (más bien ranitas) a mano, pudimos ser testigos de lo frágiles que llegan a ser en su juventud. Andaban merodeando cerca del agua, no las sacamos nosotros. Después las dejamos continuar con su vida.


















También frecuentes por allí multitud de odonatos. Con sus reflejos iridiscentes en las alas causaban un efecto magnético.















En el agua asoman renacuajos...






...Y también juguetones colémbolos.





Al galope aparecen algunos caballos...







Lo mejor, como siempre, para el final. Andábamos comiendo en la zona de las mesas del área recreativa cuando se presentó por allí este espabilado arrendajo. Nosotros lo observábamos, él también nos observaba...





... Y en un momento de abandonar la mesa para ir al coche a buscar algo... ¡se lanzó sobre nuestra ensalada de canónigos y frambuesas!

No me dio tiempo a enfocar mejor :S



Que conste que nunca hay que dar alimento a animales salvajes. Ellos mismos saben apañárselas muy bien. Este arrendajo, con lo inteligentes que son los córvidos, seguramente había visto antes que la gente se deja comida por la zona.


Como veis, fue una mañana bastante completa. A ver si las próximas veces que salgamos tenemos igual o mejor suerte. Nos esperan más excursiones con "un erizo en la mochila".






HASTA PRONTO





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