Con el calor que hace (y que sigue y sigue) parece de verdad inevitable acordarse de aquella canción que ya anunció en su momento eso de que los veranos son "intensos", en todos los sentidos. En Australia aún más lo son, aunque ahora no toca por allí. Jason Donovan, un rubio "aborigen de las antípodas", hacía las delicias de las adolescentes que hace unos años tarareábamos sus letras mientras Kylie Minogue empezaba a despuntar. Jason tomó prestada aquella canción, porque Brian Hyland ya había encandilado antes a otra generación distinta de jovencitas con su melodía.
Recuerdos pegajosos... suerte que la brisa fresca llega bajo un "flashback" fugaz en que sellamos con un beso las cartas que iban y venían y que ardían entre los dedos.
A mis pies dos baúles bien surtidos... madre mía,
dan para escribir un libro...
Un momento de tregua y de respiro. El ordenador también está que echa humo, las máquinas también se rebelan. Si veis algo raro que sepáis que es por eso... locuras de verano, calor al fin y al cabo.
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