Ceres y los Misterios de Eleusis
Septiembre era para los romanos el séptimo mes del año, tal y como indica su nombre, y era el mes en el que se celebraban los Misterios de Eleusis, una de las celebraciones más importantes dentro de la cultura de la Antigua Roma.
Los Misterios Eleusinos estaban dedicados a Ceres, la diosa de la agricultura equivalente a la Deméter griega. Como tantas otras tradiciones helénicas, fue directamente importada por los romanos, que conservaron su carácter de representación de la muerte ritual de la Tierra en otoño e invierno, y su resurrección en primavera. El propio mito de Proserpina, hija de Ceres, que fue secuestrada y llevada al Inframundo, es una representación de este ciclo vital que debe ser preservado para el mantenimiento de la armonía en el mundo. Según la leyenda, Ceres consiguió convencer a Plutón para que le devolviera a su hija, pero Proserpina había comido unas semillas de granada mientras estaba en el Hades, por lo que se veía obligada a volver allí durante una tercera parte del año.
Eleusis era una ciudad agrícola situada a unos treinta kilómetros de Atenas. Sus misterios celebraban todo el significado del mito de Ceres y Proserpina. La estancia de la hija de Ceres bajo tierra representaría a las semillas que permanecen dormidas a la espera de la primavera, cuando brotan devolviendo la vida y dando alimento a las personas.
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