Nuestro segundo día recorriendo Europa nos puso rumbo a Aviñón, ciudad cargada de historia donde las haya, con sus murallas y su palacio papal. Pero antes de llegar a ella, teníamos una parada intermedia en el Pont du Gard, un increíble acueducto romano en plena naturaleza, y que dio para estirar las piernas y sacar unas cuantas fotos...
LLegamos a Aviñón sobre la hora de comer, así que decidimos atender primero a las necesidades alimentarias para luego dedicarnos tranquilamente a visitar los lugares de interés. Pasamos un buen y entretenido rato buscando una boulangerie (panadería, para los que no sabemos francés) donde comprar una barra para hacernos un bocata ¡Cosas del idioma!
Aviñón tiene un decidido sabor medieval. No solo por los muros que circundan su casco antiguo, sino por la estrechez y empedrado de algunas de sus calles, y la imponente silueta del palacio papal (que pudimos ver por dentro). Aunque pasear por sus callejones tiene ya su encanto, merece la pena ver hitos como la catedral de Notre Dame des Doms, el Petit Palais o el Puente de Avignon, que solo llega hasta la mitad del río Ródano. Incluso puede verse por dentro el edificio del ayuntamiento...
Os dejamos con las fotos del día. Para verlas en grande, pulsad con el ratón sobre ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario