Hoy
es el Día Mundial del Docente... y también el Día Mundial de la Sonrisa
¿Casualidad? ¡No lo creemos! Aunque no hace falta ser profesor para
sonreír, y hay profesores que por desgracia no saben hacerlo, un buen
docente es el que lleva siempre una sonrisa en su corazón.
Sonríe
porque aunque a veces se haga cuesta arriba, sabe que tiene el trabajo
más bonito e importante del mundo: crear vocaciones y formar a los
hombres y mujeres del futuro. Sonríe porque quiere a sus alumnos, por
más que en ocasiones haya peleas y discusiones (también las hay entre
los padres y los hijos que se quieren). Y sonríe porque, en el fondo, un
buen profesor se lo pasa bien transmitiendo su pasión personal a otros,
asombrando con nuevos conocimientos y despertando ese maravilloso
"vicio" insaciable que es la curiosidad.
Por
eso, aprovechando el día, queremos felicitar a todos los docentes que
son felices en su trabajo, y a los que no lo son, hacerles pensar en la
suerte que tienen de trabajar - como el alfarero que moldea arcilla en
sus expertas manos - con la materia prima de nuestro futuro: nuestros
niños y adolescentes. ¡Una sonrisa muy grande para todos ellos!
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