Poner los cuernos
Todos hemos escuchado alguna vez esta expresión, siempre referida a la situación en la que uno de los miembros de una pareja le es infiel al otro. A lo mejor os habéis preguntado de dónde viene este dicho, y si tiene algo que ver - teniendo en cuenta lo que es - con el diablo. Bueno, como suele suceder, hay varias versiones sobre su origen, pero ninguna tiene que ver con el cornudo señor del infierno.
La primera versión se refiere al hecho de que en la Edad Media muchos nobles europeos ejercían el llamado "derecho de pernada", esto es, podían acostarse con cualquier recién casada en su primera noche de bodas. Como la puerta de las casas de estos nobles solía estar adornada con las cornamentas de ciervos cazados, pudo haberse establecido una relación entre ambas cosas.
La segunda versión tiene que ver con que en México se usa la palabra "buey" para referirse a personas tontas y poco viriles, y de ahí que "poner los cuernos" a alguien sea otra forma de llamar "buey" a alguien.
La tercera versión quizás sea la más curiosa y divertida. En uno de los cuentos del "Libro del Buen Amor" del Arcipreste de Hita, se narra la historia de un pintor que debe partir a un largo viaje, y antes de hacerlo le pinta a su esposa un pequeño cordero bajo el ombligo. Mientras está fuera, la mujer le es infiel, y a causa de los "ejercicios" con el amante, el dibujo se borra. El amante intenta arreglar el desliz repitiendo el dibujo, solo que se despista y en lugar del cordero pinta un carnero. Cuando el pintor regresa, se extraña obviamente del cambio, y cuando le pregunta a su esposa, esta le dice que en los dos años que ha estado lejos, lo lógico era que al cordero le hubiesen crecido los cuernos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario