De números sabemos que están el 0, el 1, el 2, el 3, el 4... y todos los que vienen después hasta que nos cansemos de contarlos. Del mismo modo conocemos los números enteros, decimales, complejos, racionales, irracionales...
Pero también hay otro tipo de números que siguen su propio juego... hay números amigos y números novios, como ya os contamos hace tiempo.
Incluso algunos son malvados, felices, intocables, ambiciosos, afortunados, narcisistas, raros, sordos... Están los famosos números de Fibonacci o los números de Catalan, entre otros muchos más.
Los números tienen su propio lenguaje y su propia historia. Y por contaros alguna de esas historias, hoy viajamos hasta China, lugar donde desde bien antiguo la vida numérica bulle en ganas de cifrar el fascinante universo matemático que nos rodea y así poder descifrarlo.
Y por elegir un número de entre infinitos, nos quedamos con el 7, porque mucha gente lo asocia con la buena suerte. El 7 es un número con profundas raíces mitológicas para los chinos. Hay siete estrellas visibles en la Osa Mayor. En China al número 7 también se le identifica con la muerte; es por ello que los días de luto son siete. Uno de los amuletos predilectos de este pueblo es el loto de siete hojas. En el año 100 a.C., entre los neotaoístas se desarrolló una tendencia intelectual que se bautizó como la "pura charla". Se hizo popular entre los intelectuales ajenos a la administración y los más notables recibieron el nombre de los Siete Sabios del Huerto de los Bambúes. Eran unos inconformistas que recordaban a los socráticos y celebraban discusiones cordiales e informales al aire libre.
Y como esto dirían muchos de nuestros alumnos sí que es "PURA CHARLA", en próximas entradas os contaremos cómo puede ser que haya números malvados o sordos, la verdad es que choca un poco (¡* · # "!! + ¡¡?=//X^**\ #¨!!)
¡ Es bastante heavy !
\m/ (>_<) \m/
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