Seguimos con la crónica de lo que fue nuestra escapada fugaz a Cabañeros. Salimos bien pronto para allá, a eso de las 7:00. Por el camino, además del frío y el sueño que teníamos, nos fuimos encontrando un montón de cosas, y es que las carreteras, por raro que parezca, acogen en sus arcenes un montón de fauna. Ratoneros, varios milanos reales, cernícalos vulgares, dos bandadas bastante numerosas de garcetas a ras del asfalto, bandos de pinzones, rabilargos, garzas reales, palomas torcaces, un aguilucho pálido y otros tantos fueron apareciendo y animando el camino.
Llegamos al Centro de Interpretación de Casa Palillos sobre las 9:00. Hacía un frío que pelaba, y se notaba en toda la pradera que tapizaba la senda en forma de bonitos cristales de escarcha. Saludamos a los guías que están en el centro y seguimos nuestro camino hacia Navas de Estena para hacer la ruta del Boquerón.
Antes, en Retuerta del Bullaque, paramos un momento y nos dimos un paseo por un parque de la zona. Allí encontramos tórtolas, urracas, mosquiteros, petirrojos, mirlos, una lavandera cascadeña, varias lavanderas blancas, gorriones comunes y algunos más que salieron a nuestro paso.
Y finalmente llegamos a la ruta del Boquerón. Más frío todavía y un puñado de gente que también caminaba por la zona siguieron acompañándonos en nuestro paseo. Con ganas de ver nutria, lo que vimos era el destrozo que la crecida del río Estena había dejado a su paso con las riadas por las lluvias de este otoño; de hecho, el segundo puente que pasa por la ruta se lo llevó por delante, nos dijeron que el río había llegado a alcanzar unos 6 metros de altura. Y al fondo de uno de los valles de esas montañas llenas de historia geológica quedaba patente también el último incendio que hubo y que se llevó por delante unas cuantas hectáreas de alcornoques.
Terminamos nuestro paseo a eso de las 13:45 y nos fuimos con muchas ganas de hincarle el diente a la comida tan rica que sabíamos que Lola nos tendría preparada.
Además del buen menú, la charla también fue muy agradable. Cuando acabamos nos fuimos a ver a Teresa y Antonio y pasamos otro rato con ellos.
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Y las fotos nunca faltan, éstas son algunas de ellas:
Hielo a primera hora de la mañana...
... Bonitos adornos de cristal...
... Por todas partes...
... Gotas de rocío...
... Una cigüeña en lo alto...
... En la ruta del Boquerón...
... Estampas de otoño...
... Árboles que renacen...
... Y otros que se quemaron...
... Descansamos un ratito...
...Y disfrutamos del paisaje...
... En el puente que se llevó el río...
... También las piedras hablan...
... Asoma un petirrojo...
... Los quejigos cambian de color...
... Y nos llevamos muchos más recuerdos...
... Antes de irnos de allí...
NOS VEMOS PRONTO
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Si queréis pasar por Cabañeros, Lola y Julio
os están esperando con los brazos abiertos.
Dos anfitriones de lujo en una casa rural llena de encanto.
Y también podéis participar en el concurso de fotografía.
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