El mundo patas arriba, hoy hasta el cielo que nunca ha roto un plato nos ha echado la sopa encima... a la vez vítores y clamor popular para acoger al gran representante hecho de otra pasta que nos salvará, pero es tan solo un hombre más. Gente que deambula y merodea levantando sus manos para un futuro 2020 que ¡sabe ese Dios si llegará...!
Entre tanto conflicto solo encuentro insensatez y sea o no con intervención divina, el hombre tiene que volver a recuperar su identidad desposeída para poder encontrar la salida a tan absurda situación. Nos han quitado ya muchas cosas, pero nunca debemos dejar que nos quiten nuestra esencia...
Y mientras "llora el cielo y la mar, saben que ya no es azul,
el viento ha dejado de hablar y el sol ahora esconde su luz".
Y, aunque solo veamos ruinas, debemos perseguir un nuevo RENACER. Hay que dejar atrás las ruinas del Edén...
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