Hemos visto en este blog muchos tipos de números: amigos y novios, narcisistas y abundantes, malvados y sordos... ¿Sabías que también existen números felices, que aspiran a la unidad? ¿Y ambiciosos, que harían cualquier cosa para ser números perfectos? Pues los hay. Poned atención, para que así podáis reconocerlos la próxima vez que os encontréis con alguno.
Los números felices son los que cumplen la siguiente condición: cogemos sus cifras, las elevamos al cuadrado y sumamos los resultados. Con el número resultante hacemos lo mismo, y así hasta que sucede una de dos cosas: o bien obtenemos un 1 (en cuyo caso sería feliz) o da un número que ya había salido antes, lo que le impediría llegar nunca al 1 y ser feliz. El 203, por ejemplo, es feliz, porque 2 al cuadrado más cero al cuadrado más 3 al cuadrado da 13; después, 1 al cuadrado más 3 al cuadrado, da 10; y por último, 1 al cuadrado más cero al cuadrado da 1 ¡Bingo! (Vaya usted a saber por qué eso hace feliz a un número...)
Por otro lado, los números ambiciosos son aquellos que, cogiendo sus divisores propios (es decir, todos los divisores menos el número del que estamos hablando) y sumándolos, acaba dando un número perfecto: los divisores de 25 son 1 y 5, que, al sumarlos, dan 6, un número perfecto (¿y qué es un número perfecto? ¡Permaneced a la espera! ¡Pronto lo sabréis!).
¡¡ Las mates están llenas de sorpresas !!
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