Febrero es el mes que los romanos consagraron a Plutón, el oscuro dios de los Infiernos. Durante este mes, se realizaban ritos religiosos en honor de Plutón, cuyo objetivo era purificarse (en latín, "februare") en vistas al año que se tenía por delante.
Quizás a alguno le extrañe que unos ritos de "limpieza" interior se hicieran en honor de un dios tan siniestro, pero hay que recordar que Plutón, al igual que en su versión griega de Hades, era también el dios de todas las riquezas que encerraba la tierra, y por lo tanto era otorgador de prosperidad y riquezas. Así, el "februo" sería también una forma de pedir fortuna para el resto del año.
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