Ayer tuvimos el lujazo de asistir a un concierto de Celtas Cortos, siempre siguiendo todas las medidas de seguridad que exigen estos tiempos: mascarillas, aforo al cincuenta por ciento y todos sentaditos a pesar de que más de una vez nos entraran ganas de saltar al ritmo de la música.
Fue alucinante, toda una inyección de energía y vida. Y es que tenemos que comprender el verdadero valor de la cultura en general y de la música en particular. En un país que después del confinamiento puso antes en acción el fútbol que los teatros y que se ha lanzado a rescatar bancos pero ignora a los artistas, parece que no entendemos que la música es VIDA, sobre todo en tiempos como estos. Y Celtas Cortos, que igual te pone las pilas a cien con "No, nos podrán parar" que pone voz a tu tristeza con "La senda del tiempo" o te pone ante la incómoda verdad de "El emigrante", tiene una música auténtica, de la que te toca la fibra.
Dos horas de pedazo de concierto, y podríamos haber seguido... Os dejamos con algunas fotos y vídeos ¡Tomados desde la primerísima fila!
"La vida no son pantallas. La vida no son rostros invariablemente atractivos mostrando felicidad. No son personas sonrientes por consumir tal producto o tener un coche, ni gente mediocre aireando sus vidas vacías y falsas.
Es necesario que sientas tristeza, y que te ganes la alegría con esfuerzo. La vida es una tormenta de emociones, cosas que podemos superar y otras que escapan a nuestro control. La música te ayuda a exprimir la alegría y poner palabras a tu dolor, y a saber que hay otros que comprenden cómo te sientes. Cuando ves que alguien ha puesto melodía a tus emociones, sabes que estaś viviendo algo auténtico." - Aria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario