Otro curso más que se nos va...
Muchos ratos compartidos de estar al pie del cañón, de risas, de lucha, de esfuerzo, de repartir vivencias, de un sinfín de anécdotas que darían para escribir un libro bien extenso.
Mantenemos la misma ilusión por enseñar que al principio de nuestra andadura, o aún más. Y es que en esta tarea, lo más importante es pensar que cada vez que sales a la pizarra es como si fuera la primera vez, que el público es nuevo cada día y que las cosas que explicas también lo son. A veces hay que enfrentarse a situaciones un poco complicadas, pero son retos que, una vez superados y viéndolos con perspectiva, aportan mucho y enriquecen nuestra experiencia.
La gente cree que dar clases a niños o adolescentes es fácil, pero están muy equivocados, es una profesión todoterreno. Con ellos hay que desarrollar muchas facetas distintas: con los más peques algunas veces tenemos que ser payasos que, aunque no tengan la nariz puesta, salen al escenario y sacan las mejores sonrisas mientras por dentro llevan encogido el Corazón.
Este tiempo en las clases ha sido muy, muy cortito... muchas gracias a tod@s nuestr@s chic@s, porque nos hacéis sentir jóvenes y renovados, con ganas de emprender muchas cosas, con brillo en la mirada, buscando nuevas metas, explorando la mejor didáctica, con ilusión en definitiva. Gracias también a los demás profesores por su gran implicación y apoyo en todo momento.
Los profesores nos enseñan a dar los primeros pasos
para aprender a ser alguien en la vida.
Dos caritas |
Para la clase de música |
RECUERDOS...
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