No hay tu tía
Decimos "no hay tu tía" cuando nos referimos a una situación sin solución o que es de una manera determinada y no puede ser de otra, indicando a la vez que no se va a seguir hablando del asunto.
El origen de esta expresión es bastante curioso, data de la edad media y curiosamente no tiene nada que ver con la hermana del padre o de la madre. Resulta que los árabes preparaban, para problemas de la vista, un brebaje medicinal a base de óxido de zinc y otras sales metálicas. Esta medicina recibía el nombre de altutiyá.
El término se incorporó al castellano como atutía,
y pronto fue aplicado como una especie de panacea capaz de curar todo tipo de lesiones y
enfermedades. De ahí que cuando algo no tenía solución, ni siquiera
aplicando el preparado, se dijera que "No hay atutía". La expresión fue evolucionando hasta llegar a su forma actual, cuando casi nadie recuerda ya las palabras precisas con que nació.
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