La segunda evaluación ya ha terminado, y es tiempo de volver la vista atrás para ver los frutos del trabajo, qué cosas han ido mejor y cuáles pueden mejorarse en el futuro. Precisamente, estamos a mitad de curso (bueno, un poquito más hacia el final que hacia el principio) y aún es tiempo para poner solución a algunos "baches".
Haciendo balance, hay alumnos que han "visto las orejas al lobo" en los resultados del primer trimestre y se han puesto las pilas en el segundo. Los hay que han seguido en su línea (para bien o para mal), y los hay que se han confiado con las buenas notas del principio y se han dormido en los laureles. En definitiva, de todo. Pero en general el panorama ha sido bastante positivo, y nuestros chicos no nos han defraudado. Más de uno se ha llevado a casa, con los boletines, una buena alegría.
Pero no todo son las notas, y eso es algo que no tenemos que olvidar. El éxito o el fracaso no se puede medir con unos cuantos números, y como siempre, lo más importante es valorar el propio trabajo y crecer un poquito más como persona. Y para el profesor, lo mejor es haber estado ahí, a su lado, no solo como evaluador, sino como un punto de apoyo para sus pequeños y grandes problemas, a la vez que nos examinamos a nosotros mismos viendo cómo podemos hacer las cosas mejor en el tercer trimestre. Y es que para los profes también debería haber un boletín de notas...
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