César Augusto, el dueño del mundo
Cayo Julio César Octaviano, llamado después César Augusto, nació el 63 a.C. en Roma, y murió en Nápoles el 14 d.C, a la avanzada edad de setenta y siete años. Era sobrino-nieto de Julio César, el cual lo adoptó y lo nombró su heredero. Aún así, tras la muerte de César tuvo que disputarse el gobierno con Marco Antonio, al cual derrotó gracias a contar contar con mayor apoyo económico y a su propio talento militar. Vencido Marco Antonio, exigió al Senado que lo nombrara cónsul. El Senado rechazó su petición alegando su corta edad (solo tenía por aquel entonces 20 años), por lo que Augusto marchó con sus fuerzas sobre Roma. No tuvo que ejercer ningún tipo de violencia, porque el propio ejército de la ciudad lo apoyaba.
Los años de gobierno de Augusto fueron largos, intensos y turbulentos, con numerosas intrigas palaciegas; también fueron quizás los años de mayor esplendor de Roma. Su historia puede leerse en la obra de Robert Graves, "Yo, Claudio". Fue el primero en proclamarse emperador, y posteriormente dios, erigiéndose muchas estatuas en su honor. También se dio su nombre al que por aquel entonces era el sexto mes del año, después del quinto, julio, dedicado a su predecesor.
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