Para aquellos que decidieron caminar sin rumbo fijo y aterrizaron en un lugar como éste. Aquí tenéis vuestro sitio.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un erizo en la mochila. Embalse de los Morales. Primera parte

Sacamos de nuevo a recorrer el campo a nuestro erizo. Esta vez tocaba el embalse de los Morales. En una ruta circular bien llevadera y cortita pasamos la mañana del lunes.



Aquí veis una de las señales del sendero nada más comenzar a caminar. Está muy bien indicado, no tiene pérdida ninguna.


Por allí =>





El otoño deja su huella por todas partes. Por todo el sitio se ven detalles que nos avisan de que ya llegó esta época donde la naturaleza comienza a dar alguno de sus frutos. Es el caso de numerosos escaramujos que ponen el toque rojo carnoso a la vereda.


En algunos de ellos aparecen extrañas bolas que recuerdan en su forma a las castañas, no siendo porque no tienen pinchos y no se trata de frutos, sino de agallas que produce una especie de insecto de nombre Diplolepis rosae.


Escaramujo con agalla





Leer los carteles que de vez en cuando nos acompañan durante el paseo también es algo a lo que le dedicamos tiempo. Ya veis que nuestro erizo no se pierde ni una...


Los dos bien aplicados





...Y hace constar que se trata de una zona especial donde es aconsejable prestar atención a las aves y el entorno.


A ver aves :)




Por citar sólo algunas de las aves que pudimos ver a lo largo del trayecto, serían: buitres (leonado y negro), verdecillos, urracas, mirlos comunes, rabilargos, milanos reales, azulones, cormoranes, petirrojos, lavanderas (común y cascadeña), colirrojos tizones, gorriones, pitos reales y otras tantas. 



No sólo nos quedamos un buen rato mirando al cielo, a ras del suelo encontramos cosas curiosas de algún insecto como es este nido de avispa alfarera. Si os fijáis bien en la foto, veréis que además hay un segundo nido sobre él; su ocupante es de otra especie diferente de avispa alfarera que aún tenemos que determinar.



Nido sobre nido






Y como insecto, esta Sarcophaga carnaria posa para ver toda su anatomía con bastante resolución.


A contar quetas






Alguna que otra flor fuera de temporada aguanta los rigores del frío...

Muy querida





Como castaños hay muchos, una foto está dedicada para este árbol tan de otoño... 


Tricolor






Ya cerca del embalse los reflejos sobre el agua invitan a contemplar la escena durante unos momentos. Parecía como si la mismísima Dama del Lago fuera a romper en cualquier instante esa cristalina superficie blandiendo a Excalibur. 



Aguas rutilantes






Y con la vista de esa ingente masa azul nos quedamos allí entre azulones y cormoranes, absortos tras esa estampa. Mientras, nuestro erizo se mimetizaba con el medio y se atrevía a probarse algunos modelos para lucir en esta pasarela otoño-invierno. Aquí lo veis pues con un sombrero único.



Con un erizo en la cabeza





Nuestro coqueto amigo os espera en la siguiente entrega de esta excursión. Sin duda toca decir...


¡TOMA CASTAÑA!





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