Una canción especial que cobra un sentido único.
Hoy por Ella, porque se lo merece...
Que nadie duerma...
tú tampoco princesa,
en tu fría estancia,
mira las estrellas que tiemblan de amor y de esperanza...
¡Pero mi misterio está encerrado en mí,
mi nombre nadie sabrá!
Solo cuando la luz brille sobre tu boca lo diré temblando
y mi beso romperá el silencio que te hace mía.
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos morir, morir!
¡Disípate, oh noche!
¡Tramontad, estrellas!
¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡Venceré!
¡Venceré!
- Puccini -
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