Como docentes que somos cada vez es más frecuente tener que dar clase a un alumnado con necesidades especiales de apoyo educativo.
Si bien es cierto que estos chavales son derivados a centros adaptados para cubrir sus carencias, algunas veces hemos tratado con niños con Asperger e hiperactivos, por poner dos ejemplos de ello.
Lo que hoy nos gustaría contaros tiene que ver con otro síndrome con bastante incidencia, el autismo. El primer contacto que tuve con un niño autista no fue en mi experiencia profesional, sino que era uno de los compañeros de mi clase durante mi etapa en el colegio.
Recuerdo cómo se pasaba los recreos dando vueltas al patio constantemente, aislado del resto de los niños y con la cabeza hacia abajo, sin hacer ningún ademán de integrarse con los demás ni siquiera cuando a alguno se nos escapaba la pelota y le pedíamos que nos la devolviera.
Por aquel entonces mis profesores le ponían toda la voluntad del mundo para poder darle la atención que se merecía, pero no tenían los suficientes recursos para hacerlo con la mayor garantía.
Hoy en día el panorama ha cambiado un poco para estos chavales, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. De ahí el lema de la página de la Confederación de Autismo en España:
Por aquel entonces mis profesores le ponían toda la voluntad del mundo para poder darle la atención que se merecía, pero no tenían los suficientes recursos para hacerlo con la mayor garantía.
Hoy en día el panorama ha cambiado un poco para estos chavales, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. De ahí el lema de la página de la Confederación de Autismo en España:
SIGUE LAS SEÑALES, EL AUTISMO TE HABLA.
El día 2 de abril fue el Día Mundial de Concienciación del Autismo. La tarea continúa... nosotros os decimos...
¡¡ enSÉÑALES !!
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