En el día a día como profesores, mucha gente que no conoce a fondo cómo es nuestra tarea y nuestro trabajo, piensa que solo los docentes estamos en disposición de enseñar cosas, pero también los alumnos aportan una riqueza especial a ese aprendizaje constante. Este año, en uno de mis cursos, tengo que impartir clases a una alumna que de pequeñita contrajo una enfermedad que poco a poco la fue dejando ciega. Es una verdadera oportunidad para aprender nuevos métodos y ampliar la perspectiva a la hora de dirigirme a mis chavales.
Aunque parezca que resaltar las diferencias es tratarla de forma distinta al resto, la integración también se puede hacer por ambas partes, tanto para los que están de un lado como para los que están del otro, y dar a conocer estas cosas siempre viene bien para que la gente sepa que existen otras realidades diferentes a la suya. Poca gente sabrá que la neurofibromatosis es una de tantas enfermedades raras que rompen las estadísticas y que injustamente tocan a solo unos pocos que, además de tener que convivir día a día con esa enfermedad, ven cómo la sociedad no se llega a implicar tanto como debiera.
Esperamos que, a través de esta entrada, quede constancia de la lucha grande y silenciosa de estas personas, que, conscientes de que "la unión hace la fuerza", han unido sus manos en su propia asociación.
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