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domingo, 13 de septiembre de 2015

¿Por qué decimos...?

Dar calabazas

Utilizamos la expresión "dar calabazas" cuando nos referimos a alguien que ha recibido un chasco amoroso. Parece ser que en la época de Cervantes también se usaba para indicar que alguien no recibía algo que había pedido, pero claramente el significado que ha perdurado en el tiempo es el relacionado con las desventuras amatorias.

Entre los posibles orígenes de esta expresión está aquel que dice que los griegos de la antigüedad tenían a la calabaza como un fruto antiafrodisíaco. Cortar una relación o comer la cucurbitácea tendrían ambos los mismos efectos sobre la libido.

Otros autores dicen que, en la Edad Media, los más pobres se fabricaban sus rosarios usando pepitas de calabaza. Entretenerse con la calabaza sería una forma piadosa de consolarse después de que a uno lo dejaran plantado...

Pero sin duda la explicación más curiosa es la que afirma que en la Cataluña rural de antes, cuando el novio iba a comer a casa de la mujer que deseaba, había una especie de código silencioso para saber si contaba con la aprobación de la familia: si le ofrecían fumar tras la comida, es que había caído en gracia a sus posible familia política. Pero si le ponían un plato de calabaza, más le valía buscarse el futuro en otra parte...






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