El mundo en que estamos acostumbrados a movernos solo es una diminuta fracción de lo que existe. Para nosotros, una hormiga es algo muy pequeño, y el Sol, algo increíblemente grande.
Pero hay cosas al lado de las cuales la hormiga es tan gigantesca como
un planeta, y cuerpos celestes que harían parecer una canica a nuestra
querida estrella. Os animamos a pinchar en este enlace y emprender un
viaje alucinante desde lo infinitamente grande a lo infinitamente
pequeño...
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