Ya casi casi se nos ha ido el 2016, y con el 2017 asomando, vuelven los tópicos de los "propósitos". Está bien que el cambio de fecha sirva de excusa para plantearse determinados cambios a mejor ¡pero es que parecen ser siempre los mismos! Apuntarse a un gimnasio, dejar de fumar, aprender inglés... ¿no será que nunca los cumplimos? Porque está claro que si en el 2016 ya nos apuntamos al gimnasio (y hemos ido) el 2017 tendremos que buscar otro objetivo.
Señores: de nada sirven los propósitos dichos con boca chica, esos que el dos de enero ya se han olvidado. Planteémonos metas que sí estemos dispuestos a conseguir, por las que no nos importe hacer pequeños o grandes sacrificios: esas son las que valen. Y por cierto: no es necesario esperar hasta el 2018 para empezar nuevos propósitos. Así que con esto en mente...