Ahí es donde me ha tocado estar buena parte de la mañana.
Tumbada en el sillón no he podido evitar acordarme de la escena del musical de Frank Oz "Little shop of horrors" en la que un jovencito Steve Martin hacía de dentista despiadado.
La letra de la canción y las imágenes no tienen desperdicio.
Por mis muelas, me he quedado con la boca abierta ;P
No hay comentarios:
Publicar un comentario