Mandar a alguien a la porra
"¡Vete a la porra!" es una forma coloquial y un poco airada de decirle a alguien que deje de molestar y se marche, cuanto más lejos mejor. Pero ¿qué es en este caso la "porra"? Y aún más ¿por qué enviamos a este lugar a la persona fastidiosa?
Parece ser que antiguamente, en los campamentos militares, el hombre que hacía de tambor mayor clavaba en las afueras de estos una larga vara conocida entre la soldadesca como "la porra". Cuando alguno de los militares era amonestado, su superior lo castigaba "mandándolo a la porra" durante un tiempo determinado, y el subordinado tenía la obligación de sentarse allí, lejos de todos los demás como si fuera el "rincón de pensar" de un colegio, hasta que la sanción le era levantada.
Posteriormente, esta forma de castigo desapareció, pero la expresión permaneció en el lenguaje del pueblo, como suele suceder con los dichos que se hacen populares de boca en boca y que se prestan a ser usados como burla o chanza a costa de otros.
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