Gracias por tus ojos, luz en la oscuridad.
Porque si bien muy tristes, guardan una fuerza inmensa.
Son el espejo donde yo me miro, donde veo mis emociones.
Gracias por ser tú siempre, por soltar risas, por ser sorpresa constante, bonita como ninguna, por todo en todo. Imposible recoger todo lo que eres en tan poco espacio, los que te conocemos bien lo sabemos de sobra.
Y gracias por traerme cuentos, eres como la sal... ya sabes por qué lo digo.
Cuando veas esto espero que digas adiós a la tristeza y sonrías... ¡te lo mereces!
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