Jardines en Madrid hay unos cuantos, pero el Real Jardín Botánico es uno verdaderamente especial. Los tres siglos de historia que lo contemplan nos esperan como si hubiese sido ayer cuando Carlos III ponía su primera piedra por allí; plantas singulares, especies relictas, joyas botánicas serán las protagonistas indiscutibles a la par que conocemos mejor a ese gran desconocido Madrid que por muchas veces que lo hayamos visto tiene aún muchas sorpresas guardadas.
A nuestra espalda el reflejo de un Museo del Prado frente a la Puerta de Murillo nos lleva a planear una visita para otro día... Mientras, esperamos a nuestra buena guía Palmira, que como gran anfitriona, nos desvelará y enseñará muchos rincones llenos de encanto. Y entonces llega ella con la sonrisa puesta y empezamos a aprender de cero, guiados del sentido del humor consentido y acompañados de unas cuantas personas mayores que van aportando mucha vida a la ruta con su saber popular.
Como siempre la cámara es un elemento que nos acompaña, y en esta ocasión no podía faltar. De momento, como dicen por ahí, "hasta aquí puedo leer", será mañana cuando el relato continúe y cuando compartamos con vosotros gran parte de lo aprendido. Aquí llegan unas cuantas fotos, para verlas en grande solo hay que pulsar sobre ellas.
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Entrada del Real Jardín Botánico |
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Estatua de Murillo |
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Una ninfa en el agua... |
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Dos ninfas |
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Nuestra Palmira |
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Dos dalias |
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Cartel para resolver un misterio... |
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Preciosas |
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Volando nos vamos con este gorrión |
HASTA PRONTO
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