Últimamente estamos en plan abuelito cebolleta total... somos unos entusiastas de los cuentos infantiles, con lo mayorcitos que ya estamos... pero, es que además de contarnos historias muy bonitas, fomentan la creatividad y la imaginación, y los dibujos que acompañan al texto son ilustraciones de mucha calidad y calidez.
El otro día, hablando con Dani sobre algunos de estos "libros de canijos", me vino a la cabeza uno al cual le tengo un especial cariño: "Lágrimas de Cocodrilo". Lo guardé durante mucho tiempo, pero no sé qué ocurrió finalmente con él, porque le perdí la pista... quizás acabé regalándoselo a alguien o lo doné a la biblioteca.
Mucha gente no sabe de dónde procede esta expresión de "lágrimas de cocodrilo" y en el cuento nos lo explican de forma muy graciosa. Espero poder volver a tener esta simpática historia en nuestra biblioteca otra vez; tendré que recurrir a comprar el libro por internet o mirar de vez en cuando en sitios como La Cuesta de Moyanos de Madrid.
Leer es de los mejores alimentos para el espíritu y es para todas las edades. Desde los cero a los cien años, porque incluso ya han sacado libros adaptados para bebés y pueden hincarles el diente y saborearlos bien a gusto, nunca mejor dicho. Para adolescentes, los cómics son una excelente opción y para los que aún no han descubierto la lectura como afición, pueden empezar por hojear y leer artículos en revistas (eso sí, a ser posible que no sean del corazón...) y luego dar el gran salto a los libros. Así que ya no hay excusa para no acercarse a la literatura, hay un buen libro esperándote ;P
Ya os contaré más adelante si la búsqueda de mi querido cuento de "Lágrimas de Cocodrilo" da sus frutos, porque seguramente cuando lo tenga de nuevo entre mis manos la que llore sea yo, y será de forma muy auténtica, absorbida por la emoción...
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