La anfisbena
Plinio el Viejo ya hablaba de ella en el siglo I en su obra "Historia Natural", y en los bestiarios medievales era un animal de lo más frecuente (¿alguna vez alguien llegó a verla realmente?). Según las leyendas, la anfisbena era un ser terrible, una serpiente gigante que, en lugar de cola, poseía otra cabeza armada de venenosos colmillos. De hecho, su nombre, que procede del griego, significa "que va en dos direcciones". Otros autores dicen que, si se la corta en dos, las dos partes vuelven a juntarse.
Es, como muchos dragones y cuelebres de la mitología europea, una bestia de connotaciones negativas, muchas veces representada en frisos románicos. Pero igual que Plinio el Viejo hace referencia a que las dos cabezas de la Anfisbena le permiten "dar salida a todo el veneno que lleva en su interior", también explica que dicha ponzoña tenía gran valor terapéutico. Y es que incluso de lo más malo puede obtenerse algo bueno...
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