Son las siete de la mañana. Suena el despertador. Da igual la hora que sea cuando llevas sin poder pegar ojo toda la noche. Y todo gracias al calor. La gente añora la llegada del verano como si del premio gordo de la lotería se tratase, pero nos pasa factura a todos. Nosotros somos más de abrigarnos, de tener frío. Ya estamos pensando en próximas escapadas por el campo a destinos de más fresquito...
Para combatir estas altas temperaturas los consejos son los de siempre: hidratarse bien, hacer comidas ligeras, no exponerse directamente al sol, evitar las horas centrales del día para salir a la calle, no hacer trabajos físicos duros, usar el abanico o el ventilador, ponerse gorra y protección solar... y otras muchas recomendaciones que nos repiten constantemente como una cantinela al uso.
Y también son repetidas las frases:
- Tengo más calor que Batman en una sauna.
- Tengo más calor que El Coloso en llamas.
- Tengo más calor que un camello con fiebre.
Como el calor ha llegado para instalarse unos cuantos días, habrá que mentalizarse. En estas eternas noches en vela, lo peor son los encuentros casuales...
El sueño de una noche de verano...
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