Bajitos: unos más que otros. Locos: todos, porque siempre dicen la verdad sin miedo a equivocarse. Esos que si no les gusta lo que haces te lo dicen, esos que miran limpiamente, son los que más nos gusta tener alrededor.
A veces no es cuestión de entenderlos sino de encenderlos, de que su luz llegue a expandirse por todos los rincones sin ninguna interferencia. La vida de un niño no siempre es fácil, pero es la que es auténtica. Si pudiéramos ser niños siempre nuestros problemas se resolverían jugando a las chapas y viendo quién llega el primero a la meta.
Rodeados de niños nos encanta mirar hacia delante. Desde el que en el parque persigue a su sombra y se asombra, al que tira el balón fuera y corriendo sales a devolvérselo, al que va en el metro, te sonríe y se duerme en el regazo de su madre, al que aplaude después de ponerse en pie dejando de gatear, a los que en clase te cuentan sus batallitas, a los que sales al campo con ellos y juegas a guerras de agua, a tantos que son buena parte de nuestra historia y hacen que los mayores se acuerden de que, cuerdos o no, la infancia es la mejor de las locuras... y solo se cura con la edad.
NOS VEMOS PRONTO, CHICOS :)
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