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lunes, 29 de agosto de 2011

Niños conSENTIDOS

Nosotros, que tratamos con niños y adolescentes de todo tipo, estamos acostumbrados a ver cómo algunos de ellos actúan condicionados bajo un comportamiento consentido. 

Los padres creen que el proporcionar a sus hijos todas las facilidades del mundo es lo mejor. Lo que en realidad se debería hacer es ayudar a los hijos en su crecimiento personal para poder lograr sus objetivos bajo el esfuerzo, la perseverancia, el optimismo, la tolerancia y la aceptación de sus limitaciones.

Por poner un ejemplo, un niño o niña que saca un bien en matemáticas, y esta nota es reflejo de una constancia y evolución positivas, lo primero que hay que hacer es darle la enhorabuena por ello. Después hay que decirle que está bien que se mantenga en esa nota, pero que puede aspirar cada vez un poquito más a ir haciéndolo mejor (siempre que no existan limitaciones cognitivas en el desarrollo del niño o la niña). Aplicar el refuerzo positivo es muy recomendable, y no solo se tiene por qué hacer con juguetes o regalos, se les puede conceder algún que otro privilegio como salir un poco a jugar al parque o hacer con ellos alguna actividad que les pueda gustar, como puede ser ver los dibujos animados juntos. 

De hecho, compartir nuestro tiempo e invertirlo en pasar más ratos con los niños, es lo mejor que se puede hacer. Vivimos en una sociedad donde ambos progenitores se dedican a trabajar fuera de casa (en la mayoría de los casos). Si conseguimos hacer cosas con los niños el regalo será doble: para ellos y para nosotros. Parece recurrente el sustituir ese tiempo del que no siempre se dispone por un juguete, para así demostrar a los niños que les tenemos cariño. No es cuestión de "cantidad" de tiempo pasado con ellos o ellas, sino de "calidad". Aunque sean escasos minutos del día los que podemos sacar para esto, los peques son felices ya solo con contarles un cuento, y un cuento son cinco o diez minutos.


¿A qué estamos jugando?



Otra cosa importante que deben aprender todos los niños, es que los padres y las madres no siempre cuentan con los suficientes recursos económicos para estar haciéndoles regalos constantemente y como premio a sus calificaciones. Muchos padres llegan a gastar mucho dinero en sus hijos comprándoles cosas, y al final los niños, por muchos juguetes que tengan, siguen reclamando más. Desde un consumo responsable y también para dar la mejor educación a nuestros hijos, deben ir familiarizándose poco a poco con lo que cuestan las cosas y lo que vale el dinero. Recurrir a una pequeña hucha simbólica puede ser eficaz. Así, cuando quieran comprarse algo que cueste tanto, deberán ir primero a su hucha para ver si tienen suficiente o les toca estar más tiempo ahorrando. Las pagas o asignaciones deberán ser también ajustadas a un fin coherente y lógico, igualmente que con los juguetes, no hay que proporcionarles todo el dinero que nos pidan.

Un niño consentido, ya solo con haber sacado de nota ese bien en matemáticas, tendría el último videojuego de la Playstation que hubiera salido al mercado. Y no es que esté mal el regalar de vez en cuando algún juego o juguete, pero debe ir acompañado de otras cosas. Hay que hacer ver a los niños que, en la etapa en la que están, su trabajo es estudiar, y que la remuneración que obtienen por hacer ese trabajo no son los regalos que les compran sus papás, sino las notas que van sacando durante el curso. Siempre que no existan dificultades en el desarrollo de un niño, deben ir aprendiendo cada vez más y mejor. Si al final del curso obtienen notas acordes con su esfuerzo, sea la nota que sea, si vemos que se han esforzado lo suficiente, entonces puede concedérseles el premio que tanto piden durante el curso académico.

Frente a niños conSENTIDOS podemos tener cerca unos niños CON sentidos, que sepan estar activos y despiertos ante todo lo que acontece y sean capaces de recoger toda la información que les aportan los libros, su entorno, los maestros, la familia y otros niños. 




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