Siempre todos tenemos momentos en la vida en que te pones a buscar explicaciones, y por mucho que vas merodeando y recorriendo tu trayectoria por todas partes, no eres capaz de hallar ninguna razón suficientemente convincente que logre dar con un porqué.
Lo mejor muchas veces es no seguir buscando, las cosas son así y ya está. Hay que remontar con aquello que te hace expresar lo que llevas dentro para que de alguna manera salga y te haga flotar, siendo más que nunca, un salvavidas.
No somos los únicos, mucha gente se sentirá identificada con estas palabras en estos días eternos de incertidumbre, de claroscuro horizonte donde todos alzamos la vista intentando ver más allá, pero el horizonte se desdibuja cada vez más...
Por muy negras que sean las nubes que se ciernen sobre nosotros, nunca hay que caer en el pesimismo. Nosotros, aunque en un dolor profundo, estamos más fuertes que nunca, nuestro espíritu se está fortaleciendo, a cada golpe que nos dan, levantamos más la mirada y nos aferramos a todo lo que aún tenemos. Mucha gente debería ser consciente de que la lucha nos engrandece, nos hace sentir vivos. Aquel que renuncia sin ni siquiera combatir, rindiendo sus ilusiones al tedio, a la amargura o al fatalismo, es finalmente vencido.
Nuestro salvavidas son tantas cosas... es ponerse a escribir a todas horas, crear, imaginar, caminar, hacer artes marciales, correr, ir al campo, compartir, disfrutar de cada minuto como si fuera el último, alimentar nuestra web, ir a conciertos, dar clase, reírte con tus alumnos, hacer fotos, leer, pintar, dar cursos de todo tipo, ir al gimnasio, componer música, bailar, soñar... aunque cueste trabajo, hay que seguir soñando...
Y fijarnos en las cosas de otra manera. Y descubrir entonces una joya de libro que mucha gente debería tener entre sus manos y terminar de leer. Porque hay "Cosas que los nietos deberían saber" es la historia de una vida, de una segunda oportunidad, de huir de la soledad para abrirse al mundo...
Hay un antes y un después de una historia así... y entonces vuelves a mirar a tu alrededor y piensas y gritas con fuerza: ¡SOY EL REY DEL MUNDO!
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