El panorama educativo actual ha cambiado bastante con respecto a años atrás. Y no nos referimos a las prestaciones o ayudas que se destinan a la Educación. En una misma clase te puedes encontrar con una alta diversidad de alumnos que responden a necesidades muy distintas.
Entre ellas está el caso de los niños superdotados. Todo el mundo piensa que un niño superdotado es aquel que tiene una alta inteligencia para poder poner en práctica todos sus conocimientos. Esto es erróneo, muchos padres proyectan en sus hijos las ganas de que su hijo tenga una capacidad superior al resto de los de su clase y el niño es simplemente inteligente.
Para detectar que un niño es superdotado tenemos que fijarnos en su desarrollo y en si es acorde al del resto de los niños. Es decir, por poner un ejemplo, cuando te encuentras con que un niño es capaz por si solo de leer el periódico con dos años y aprender a leer, entonces puede ser que se trate de un caso de este tipo. Muchos más indicios que nos hacen pensar que pueda ser así los podéis mirar en esta página. Su alta creatividad, capacidad de liderazgo, que aprenden con rapidez, que son muy observadores o que hacen preguntas constantemente, son algunos de los rasgos que los definen.
Para confirmar si es o no superdotado finalmente, recurrir a tests, pruebas psicológicas o a centros especializados, es lo mejor. Un niño superdotado cuando está en clase no hace más que aburrirse. Cuando el resto de sus compañeros aún no han terminado la tarea, el niño superdotado ya ha resuelto perfectamente todos sus ejercicios. Si su centro de estudios no cuenta con un personal cualificado para que potencie sus capacidades, el rendimiento de estos niños bajará.
También debemos de tener en cuenta que no todos los superdotados destacan en todas las áreas del aprendizaje. Puede haber niños con altas capacidades en música que sean un desastre en matemáticas o viceversa. Recuerdo una vez dando clase a una peque de tres añitos que era capaz de mantener conmigo una conversación absolutamente madura para su edad. Cuando sin mediar palabra se sentó a mi lado y me dijo que cómo me llamaba, y yo le respondí que Almu, la niña fue capaz por si sola de ya no solo escribir mi nombre, sino de decirme, palabras textuales, que había una iglesia en Madrid con ese nombre y que debía de ir a visitarla si me gustaban el arte y los museos. Cuando después se puso a contarme más cosas y a escribir sobre el papel, ya no hubo ninguna duda.
Aunque parece que es una "bendición" tener a un niño o una niña superdotados en casa, depende mucho de cómo se enfoque. Si en el colegio y en la familia son capaces de estar a la altura de darle al chaval lo que demanda, podremos hacer que el niño avance en su aprendizaje. No siempre todos los padres pueden hacer eso con sus hijos, por lo tanto, acudir a ayuda especializada es lo mejor. La madre de esta niña de tres añitos estaba saturada de la energía que tenía su hija por no parar de aprender y ya no sabía qué más hacer con ella.
Por si queréis consultar más información sobre este tema, si pulsáis sobre este enlace accederéis a una página con muchos y variados recursos.
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